viernes, 3 de julio de 2009

La Argentina es el segundo país con más médicos por habitante, pero colapsa el sistema de salud (y la ausencia del Estado)

Largas colas, saturación de pacientes, estado edilicio paupérrimo, falta de insumos, son algunas de las escenas típicas del sistema de Salud argentino. Por qué la Salud ha quedado relegada ante otros problemas más urgentes y cómo la Salud en Argentina ha ido perdiendo excelencia con el correr de los años.


| 09/09/2008 | 11:45





CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) La Argentina es el segundo país con más médicos por habitante, detrás de Italia, al contar con un médico cada 200 personas. Pese a esa disparidad, en muchos centros asistenciales puede llevar varios meses de espera obtener un turno con un especialista. Lo cierto es que agobiados por la inflación, el colapso y los escasos recursos, los hospitales público -y privados- están colapsados y son parte de un de un sistema sanitario destruido. Además, la situación de trabajo y formación de los médicos también se ha visto empobrecida.

El 8 de agosto, la ministra de Salud, Graciela Ocaña, en una conferencia de prensa en la que daba excusas ante el incremento de los espantosos números de mortalidad infantil en Argentina ante corresponsales extranjeros, se lamentó que no prosperara en el Congreso el proyecto oficial para incrementar las retenciones móviles a los granos porque -según dichos de la presidenta Cristina Kirchner- parte de ese dinero, "unos 3000 millones de pesos" iban a ser destinados a la construcción de hospitales y viviendas.

"Esos hospitales hay que hacerlos y, sin dudas, la Presidenta los hará, pero lo que se iba a hacer en dos años se hará en el mediano o en el largo plazo. No será una solución más rápida.", había dicho Ocaña.

En el país, se reciben más de 100 millones de consultas anuales en hospitales y centros de salud. Pero no hay respuesta para todas. Los problemas presupuestarios y el encarecimiento en los costos de los insumos pusieron en una encrucijada al sistema de salud argentino.

Así lo revela un informe elaborado por la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (Acami) que publica el diario Hoy de la Plata -con vistas al XI Congreso Argentino de Salud, que se realizará entre el jueves 18 y el viernes 19 de septiembre próximo en Salta-. El conurbano bonaerense y varias provincias del norte argentino, según el informe, son las “zonas calientes” en materia sanitaria, y ponen presión sobre un sistema, que se ve superado por la demanda, y con frecuencia, falto de presupuesto y personal.

El aumento de salarios en el sector, pero sobre todo la fuerte suba en los insumos, los estudios de alta complejidad, las drogas farmacológicas y el material descartable, pusieron en jaque las estructuras sanitarias en general, y el sistema público en particular, aseguró el estudio de Acami. Sólo el sistema de salud pública de la provincia de Buenos Aires, con 14 millones de habitantes, debe atender más de 45 millones de consultas anuales, en tanto que en la Ciudad de Buenos Aires, con una población de 3 millones, se originan casi 10 millones de consultas.

La atención médica en una estructura hospitalaria rebasada -que no logra hacer frente a la superpoblación de pacientes- es un fenómeno potenciado en el Gran Buenos Aires, donde ya viven unas 9 millones de personas.

Por ello, muchos habitantes del conurbano bonaerense optaron por atenderse en hospitales públicos porteños, donde aproximadamente el 35 por ciento de los pacientes procede del Gran Buenos Aires.

En los últimos diez años creció 28 por ciento la demanda de atención en los hospitales públicos porteños, en los que un turno con un especialista puede requerir uno o dos meses y para una cirugía programada debe esperarse con frecuencia mas de un año.

Marcelo Mastrángelo, presidente de Acami, la sanidad pública no solo debe superar la desinversión, sino afrontar asimismo la suba del equipamiento médico de producción nacional que aumentó un 82 por ciento sólo en el 2002, y mantuvo la tendencia alcista hasta llegar a un incremento del 136 por ciento en el 2008.

El panorama se agrava ante la falta de camas y tecnología. “El sector público que representa aproximadamente el 60 por ciento de la oferta total de camas en el país, dispone de 2,3 camas por cada 1.000 habitantes, indicador notoriamente inferior al registrado en los países desarrollados donde alcanza las 8,5 camas por cada 1.000 habitantes” afirmó el titular de Acami.

La ministra de Salud, Graciela Ocaña, admitió esas carencias , y alertó que en el partido de La Matanza , sumando las camas públicas y las del sector privado, hay 0,4 cama cada mil habitantes, mientras la Organización Mundial de la Salud establece una relación que debe ser del 6,3 como promedio.

Para revertir esta situación -advirtieron desde esa cartera- se requiere una inversión de unos 5 mil millones de pesos para la construcción de hospitales y salas en todo el país, al tiempo que son necesarios unos 500 millones para reparar el actual deterioro.

Sin cobertura

La zona del país con situación sanitaria más deficiente es la conformada por Formosa y Chaco, donde el 65 por ciento de la población carece de cobertura y debe atenderse con una infraestructura hospitalaria muy pobre.También Santiago del Estero, con el 64 por ciento de habitantes sin cobertura; Chubut, 62; y Salta, 60; son otras de las provincias que soportan las mayores dificultades del deteriorado sistema de salud.

El sistema sanitario es una de las pautas más notorias de la inequidad social. Así, mientras el 97 por ciento de los hogares de clase alta tiene cobertura de salud, entre los de menores recursos apenas el 30 por ciento tiene alguna cobertura. El 70 por ciento se atiende exclusivamente en hospitales y pertenece a los grupos más vulnerables: el 10 por ciento son mayores de 65 años, mientras que otro 28 por ciento tiene menos de 15 años.

Según el Barómetro de la Deuda Social Argentina elaborado por la Universidad Católica (UCA), el 46 por ciento de las atenciones de pacientes de clase media se hace a través de una obra social, mientras que en el caso de los estratos bajos apenas el 12,4 se atiende a través de ese tipo de prestaciones.

En el área metropolitana, el 61 por ciento de las personas de menores recursos se atienden -o intentan hacerlo- en hospitales públicos. En cambio, en los estratos medios apenas el 14 por ciento lo hace en centros asistenciales de la esfera estatal.

Los médicos

La desigualdad que padece la Argentina también se refleja en la cantidad y distribución de los médicos, ya que la mayor parte de los 200 mil profesionales de la salud que hay en el país está concentrada en grandes metrópolis, mientras que en el interior hay escasez de facultativos con una situación epidemiológica más complicada.

Se observa, asimismo, un proceso de feminización profesional: datos del último censo (2001) ya indicaban que los varones eran el 61% del total de los médicos del país, pero, analizado por edad, estos porcentajes varían de manera rotunda: entre los profesionales mayores de 65 años, el 80% eran hombres, y entre los de 20 a 29 años el 59% mujeres.

Desde entonces, la irrupción de la mujer continuó aumentando. Hoy, más del 80% de los estudiantes de medicina son mujeres, que predominan en pediatría, dermatología o tocoginecología, y se desempeñan cada vez más en especialidades tradicionalmente masculinas como la cirugía o la traumatología.

Con casi 200 mil profesionales, la medicina es la disciplina con mayor cantidad de profesionales matriculados, con un 23,26% del total, según proyecciones del INDEC.

En medio de esta compleja situación, informes extraoficiales abren un interrogante sobre cómo impacta la falta de la residencia en la formación de los médicos. Se estima que cuatro de cada diez egresados de las carreras de medicina aún no logró hacer la residencia, y las áreas más críticas son cardiología, cirugía plástica y anestesiología.

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